No es la Cuna de la Legión, pero cada vez está más cerca de cogerla en lo que a participación se refiere. El año pasado, fueron algo de menos de 3.000 los ceutíes que concurrieron a la cita; este 2024, la cifra de participantes ha superado ligeramente esos tres millares. A falta de saber qué opinan sus promotores, cualquiera se atrevería a decir que el éxito ha sido rotundo: parece evidente que la Carrera de la Mujer se ha convertido ya en un evento más que merecedor de ser tachado de 'multitudinario'.
Primero, se pospuso por culpa de la previsión de lluvia; más tarde -el mismo día- se canceló hasta nuevo aviso "por motivos de organización". La acumulación de "eventos de gran importancia para la población" estaba detrás de tan controvertida (pero necesaria) decisión. Hoy, 28 de abril, tras varias jornadas de incertidumbre y otras tantas de espera, la popular marcha por la salud y la igualdad ha celebrado -por fin- la que ha sido su decimonovena edición.
'Hoy me atrevo a ganar': ese ha sido el eslogan esta vez elegido por esa amalgama de entidades convocantes a la que dan forma el área de Servicios Sociales, la delegación ceutí de la Asociación Española Contra el Cáncer y ACMUMA. La idea era justamente esa: ganar. Al final, la victoria ha sido por goleada (y sí, ha caído de nuestro lado).
La prueba -de carácter no competitivo- ha encontrado acomodo en el mismo escenario de siempre, en una ubicación que no tiene postal parecida en casi ningún rincón de España: las Murallas Reales. Hasta allí iban llegando los corredores -grandes y pequeños- a medida que se acercaba la hora del pistoletazo de salida. Algunos lo hacían ataviados de la cabeza a los pies con ropa deportiva; otros, lucían vaqueros y zapatillas. Eso sí: a nadie la faltaba su camiseta conmemorativa. Daba igual que fuese de este o de otro curso; había que llevarla puesta.
Poco antes del repicar de campanas del mediodía, el ambiente en la amurallada plaza de armas era el propio de una celebración; su estampa, la reflejada en ese dicho que reza 'más gente que en la guerra' (en serio, no cabía ni un alfiler). De fondo, la megafonía del recinto reproducía temas tan icónicos como ¡Salta!, de Tequila, y Highway to Hell, de AC/DC. Inglés o espanglish; no importaba: todo el mundo cantaba.
Decía Nabila Benzina que la Carrera de la Mujer se ha convertido ya en "una cita ineludible para toda la ciudadanía". "Cada vez, somos más los que nos unimos a esta causa por la prevención, la concienciación y la investigación", valoraba la consejera de Sanidad y Servicios Sociales, que tenía a bien recordar que "todos los beneficios van para ACMUMA".
Minutos antes de las doce en punto, la gente seguía llegando; la organización optaba por brindar un pequeño margen de tiempo adicional. Con los corredores ocupando ya sus puestos, se iniciaba una cuenta atrás desde los diez segundos. Agotados estos, Juan Vivas hacía sonar una vuvuzela que suponía, en efecto, el comienzo de la marcha.
Había quien optaba por correr; otros, por trotar; el resto -la inmensa mayoría- prefería caminar, despacio, sin prisas. Fuese la velocidad mayor o menor, el itinerario ha sido el mismo para todos cuantos han tomado parte en la iniciativa: Murallas, paseo de Las Palmeras, Puente, Marina y Parque Urbano Juan Carlos I.
Trasladado el foco (y los medios gráficos) a los bajos de La Marina, la gente comenzaba a cruzar por goteo la línea de meta. Al otro lado de esta, una fiesta. Daban forma al paisaje un mostrador con botellas de agua, un Punto Violeta, un stand de la AECC y una barra de bar tras la que los camareros repartían cerveza y paella en el contexto de un 'tapeo solidario', uno cuya íntegra recaudación irá a parar a la beneficencia.
Coronaba la estampa un escenario que DJ Poyito y Verónica Pareja, de 'Vero Sport', se encargaban gustosamente de convertir en epicentro de una clase de zumba: el uno, micro y mesa de mezcla en mano; la otra, a través de hipnóticos pasos de baile que lograban cautivar hasta a la consejera de Educación, Cultura y Juventud.